Para conseguir el nivel de eficacia adecuado a cada jugador, es obvio que además de adaptar el juego individual y colectivo de cada jugador a las Formas de Juego del equipo, a sus características y al nivel de talento que posea, deberemos considerar, conocer y analizar, las formas de juego y las características del equipo contrario y de sus jugadores, antes de enfrentarnos en la competición.
De esta forma la actividad a desarrollar por el jugador se verá facilitada al poder aprovechar las deficiencias que “su” contrario manifieste, y contrarrestar su potencial mediante el desarrollo de variantes que nos permitan conseguir una correcta adaptación.
Este análisis nos proporcionará una información que debemos procesar, de forma que nos permita:
- Diseñar las variantes, tanto individuales como colectivas, a establecer en nuestra forma de juego habitual.
- Desarrollarlas y consolidarlas en el entrenamiento.
- Transferirlas y aplicarlas adecuadamente durante el partido de competición.
Una vez finalizado el partido, el entrenador deberá realizar un análisis de cada Unidad de Competición, para:
- Determinar los errores cometidos y los aspectos a mejorar y potenciar del juego habitual establecido para el equipo.
- Determinar cuáles han sido las causas que han provocado estos errores para reconducir, si fuese necesario, el diseño base de nuestra forma de juego.
El segundo análisis que deberá realizar el entrenador en cada micro-ciclo, consistirá en la observación del equipo al que se enfrentará en el próximo partido. El proceso a seguir podría ser:
- Recogida de información:
- Informes, vídeos,
- Clasificación,
- Datos de la competición,
- …
- Análisis de los aspectos que caracterizan el juego del equipo contrario, cuando juega en su campo o fuera de él:
- Sistema de juego.
- Estilo de juego.
- Características del juego defensivo.
- Estrategias.
- Características individuales de sus jugadores (en ataque y en defensa).
- Aspectos físicos, fisiológicos y psicológicos destacables.
- Concreción de los aspectos ofensivos con los que suele desequilibrar al contrario, individual y colectivamente.
- Aspectos débiles de su juego defensivo.
- Aspectos débiles de su juego ofensivo.
- Aspectos débiles de sus jugadores clave.
- Características del entorno: terreno de juego, público, climatología prevista, características del árbitro, etc.
- Determinar las variantes de nuestra forma de juego para contrarrestarlos, tanto desde una perspectiva global (del equipo), como individualmente (demarcación por demarcación).
- En el juego defensivo.
- En el juego ofensivo.
- En las estrategias.
- En las transiciones.
- En las alineaciones.
- Diferentes objetivos en relación al resultado final perseguido.
- …